NUESTRO  ORIGEN

Somos Paulo y Ariana. Nos conocimos a inicios del 2015, en un Festival de Fermentación, aquí mismo en San José, Costa Rica. Desde entonces convertimos la cocina en un laboratorio, siempre fascinados por la química de los alimentos, y el beneficio a la salud que nos devolvió acercarnos a ellos y a su procesamiento.

Nos une la pasión por el buen comer, jalando del hilo con la pregunta “¿de dónde salió esto?” hemos aprendido a alejarnos de los procesos industriales, a ver la belleza en pequeñas cadenas de producción y apoyarlas hasta donde sea posible.

La misma pregunta, “¿de dónde viene esto?”, nos la hicimos un día frente a una barra de chocolate industrial producida en masa, y nos llevó a ver que la fuente de su cacao son condiciones deplorables de trabajo en África Occidental, que involucran violaciones a los derechos humanos y trabajo infantil, además de ingredientes que no podíamos ni pronunciar.

“¿Y si hacemos nuestro propio chocolate, usando cacao de fuentes éticas? ¡Costa Rica es un país cacaotero! ¿Y si contribuimos a que la fama de su café se extienda a otros cultivos de altísima calidad: el cacao que convertiremos en chocolate? ¿Y si aportamos a crear productos de calidad para agregar valor a la agricultura?”, nos preguntamos frente a aquella barra de chocolate industrializada…

Así, en 2021 nos unimos al movimiento Bean to Bar (desde el grano hasta la barra), y comenzamos la búsqueda por las mejores semillas de cacao, de fuentes éticas y sostenibles, que nos enseñan cada día como extraer sus múltiples sabores: lo que muchos sienten por su colección de vinos, que convierte una copa en un viaje por el mundo, otros lo sentimos por una barra de chocolate hecha con cacao de altísima calidad, producido en condiciones favorables para los agricultores.